Roberto Meléndez: «Leer debe ser visto como una invitación a la grandeza, y no a la maldita memorización de un episodio».  

Santiago, 1985. En la calle José Miguel Carrera en la capital de Chile, se ubica un colegio emblemático: Sagrados Corazones. Ahí, estudió un joven con alma literaria y corazón futbolero. Sus estudios secundarios los cursó en la universidad Diego Portales. Pero él no sabía lo que el destino le depararía.

El rostro tras el éxito de Barrio Bravo. Constantemente, entre líneas, persuade que el fútbol femenino es algo normal. Sus historias son de barro y calle, el maquillaje de la realidad no lo practica. Los lectores de su saga se ven reflejados en sus historias; no utiliza tecnicismos.

En la parte posterior de sus libros encontramos «Para Miguel, con cariño, barrio y gambeta, Roberto Meléndez». No busca la fama, pero vive con el puño firme para usar el lápiz para sus lectores.

En exclusiva para Deporte Redondo, conversamos sobre literatura, fútbol, Barrio Bravo, educación y más con Roberto Meléndez. Atención noveles escritoras y escritores, a la parte final de la entrevista.

Instagram: @rmelendeb

¿Cómo supiste que la literatura era lo tuyo? 

No sé si alguna vez lo supe o si en estos momentos lo sé. Puedo decir con gusto -y alivio- que puedo vivir de escribir y he logrado profesionalizar lo que hago. No tengo ninguna duda que pasado el tiempo me he convertido en un mejor que escritor que cuando comencé. Definitivamente, esa es la clave de todo lo que ha ocurrido: haber comenzado, darme una oportunidad, creer en mí. Tener la certeza que mi vida es mejor ahora, sabiendo que al día siguiente debo hacer una columna, una crónica o un cuento, y dormir bien, y despertar con energía.  

Recuerdo que, para mi primera firma de libros, en la tienda Feria Chilena del Libro de Huérfanos, había más de 300 personas esperándome. Sentí mucha vergüenza de esa escena, pero no me tembló la muñeca en ningún momento. No me sentía importante, me sentía feliz

¿Qué sientes cuando tus libros son motivación para tareas académicas en distintos colegios del país? 

Sigue siendo un fenómeno que me produce sorpresa y, evidentemente, también una cuota importante de orgullo. No fue algo que pensara que podía ocurrir. En mi experiencia escolar, jamás tuve la posibilidad de acercarme a la literatura a través de algo como el fútbol, y creo que nunca escribí mis libros condicionados por una expectativa como esa. Pero, ahora, viéndolo en retrospectiva, creo que la aparición de Barrio Bravo es una respuesta muy profunda a esos textos que me habría encantado leer en mi adolescencia.

La literatura tiende a representar, como una suerte de rebeldía sincerada, nuestros traumas, angustias y debilidades, algo que de manera cotidiana evitamos, al menos pública y socialmente. Ese rasgo de autenticidad depresiva es un motor creativo decisivo en la mayoría de autores y autoras.

Sin embargo, los lectores no solo necesitamos distinguir la mierda del mundo, también abrazar nuestros sueños personales, vivencias colectivas, o el humor del día a día. Ahí existe un espacio de interés y los buenos resultados en los colegios son prueba de ello. Otro elemento que ha sido relevante, me parece, es que mi intención nunca ha sido sobrecargar los textos con palabras complejas y pomposas, por el contrario, siempre busco contar una historia que todos puedan llegar a entender, y contarla bien. Para eso, la utilización de un lenguaje cercano y sin vergüenzas estéticas termina siendo fundamental. 

El desafío es grande y la vara quedó altísima

Hasta ahora, son tres libros de la saga Barrio Bravo, ¿tienes pensado sumar una cuarta entrega? 

Tengo pensado continuar con los libros Barrio Bravo, seguro, y también voy a publicar un libro del Guatón Nelson, una comedia, y otro libro de carácter juvenil, ambos durante el 2022. El desafío es grande y la vara de resultados quedó altísima. Eso me motiva y me ha desafiado. Además, extraño publicar un libro, la adrenalina es altísima y creo que la necesito. 

¿Algún personaje del cual no has escrito que tengas planeado relatar su historia? 

Son demasiados. Últimamente, de manera interna, he estado escribiendo sobre personajes de barrios, de escuelas, etc. Son estos los que me interesan en mayor medida. Ahora, si tuviera que elegir algunos nombres del fútbol profesional, en Ben hay una buena historia, en el Muñeco Gallardo y su River hay otra, o en Bárbara Sánchez, la Chama de Universidad de Chile, ahí hay una biografía potente. 

¿Por qué Ben Brereton provocó fanatismo luego de debutar con la selección chilena? 

A mí me parece que ese fanatismo es producto de las mismas expectativas que se fueron generando previo a ese debut. Expectativas que nacen por la evidente ausencia de nuevos goleadores en el fútbol chileno. La evidencia, partido a partido, de la falta de gol en la selección, así como también la escasez de goleadores nacionales en la liga local, era un tema propagado en la conversación futbolera. Ben, de un modo u otro, se convierte en una esperanza. Y digo de un modo u otro porque la inmensa mayoría no le había visto ni un puto segundo futbolístico.

Con Ben hubo una mezcla de muchas cosas: la necesidad y la esperanza, pero también una cuota de payaseo a través de las redes sociales, ese humor a la chilena propio de las tragedias con las que solemos vivir, y también un tufillo de provincianismo con el que seguimos actuando. Me es difícil pensar en un alboroto hacia un jugador desconocido si este era un ciudadano mexicano o peruano. Ben es inglés y esa proyección de país y ciudadanos de primer mundo es un arribismo endémico que tenemos como chilenos.  

Ahora bien, esa etapa previa ha quedado muy lejos. Ben Brereton ahora es Ben Brereton Díaz y en la cancha ha quedado de manifiesto no solo su aporte, también su espíritu competitivo, de deseo, y de cariño por la camiseta. El hueón no únicamente tiene un juego directo que nos hacía mucha falta, además, hace goles importantes y deja la vida en la cancha. Termina el juego empapado de sudor. Ese esfuerzo conecta y conmueve. Ben eligió un camino, eligió Chile, y le ha ido realmente bien. Hoy, sin lugar a dudas, merece todo lo que le está pasando, incluso suena en equipos como Liverpool, por lo que es inevitable no sentir que somos parte de eso, que somos parte de su éxito, y que ese éxito cuando juega por Chile nos beneficia.

Como sociedad estamos permanentemente atados al éxito o cálculo de nuestras acciones



Según un estudio de la Universidad de Chile en 2019, el 50% de la población chilena reconoce leer regularmente. ¿Qué no se está haciendo para impulsar la lectura de literatura? ¿Dónde radica el problema? 

Hay distintas causas que pueden explicar este problema, pero diría que los principales se relacionan con nuestro desarrollo educativo. La mayoría proviene de familias sin costumbre lectora, eso me parece un rasgo decisivo. A eso, evidentemente, hay que añadir un plan lector en el mundo educativo que no ha sido para nada eficiente. Y no puede serlo porque la comprensión queda relegada a la evaluación. Leer no es visto como ese espacio para irse en la volá; es visto como esa prueba paja en medio de muchos otros deberes. Para evaluar la comprensión, primero deberíamos estimular la costumbre lectora desde una perspectiva diferente, desafiante, como resulta una pichanga de recreo: no hay una nota, pero te juegas la vida en esos 15 minutos. Leer debe ser visto como una invitación a la grandeza, al crecimiento, y no a la maldita memorización de un episodio.  

No quiero dejar pasar a los propios escritores en esto. En muchos casos, sin ninguna justificación ni talento, complican más de la cuenta sus textos, o definitivamente son escritores aburridos que no son capaces de generar ninguna pasión al leerlos. Leer es una invitación a crecer, pero también a sentir y desvelarse por una historia. Finalmente, como sociedad estamos permanentemente atados al éxito o cálculo de nuestras acciones, y muchos ven en una novela, cuento o poesía nada más que un mundo alejado de su día a día, de sus planes. Esa mirada es completamente equivocada. Por el contrario, en la literatura está lleno de preguntas y respuestas sobre lo cotidiano. 

La venta y servicios del libro, acumula un 19% de IVA, ¿debe sufrir alguna modificación? ¿Es difícil acceder a libros en Chile?

A modo de símbolo político, sí. No tengo dudas de que sería una señal potente. Y de paso un alivio a la ahogada industria de los libros. Pero en lo inmediato no debería provocar grandes cambios.

Un mensaje para todos los jóvenes que desean ser parte del mundo de la literatura.

Mi mensaje es uno solo, y breve. A lo Nico Massú: que ningún chuchesumadre les diga que no se puede.

Fotografía: La Tercera

Fotografía de portada: El Calbucano.cl

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